Dicen que puede ser poeta todo aquel con el corazón roto, pero ¿y si tan solo lo tienes en obras?
Tal vez cada letra se convierta en un andamio y cada verso en un nuevo parche para cubrir las heridas.
Quizá no rimen todos los latidos, pero al menos ahora suenan menos a suspiros.
¿Estás listo para colgar el cartel de “Abierto por inauguración”?
Si es así, adelante.
La puerta a este libro está abierta.
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